https://www.diariolibre.com/economia/finanzas/2025/10/01/la-rentabilidad-explica-638–del-patrimonio-acumulado-en-pensiones/3264179
El reciente informe publicado sobre el sistema de pensiones en la República Dominicana revela un dato que, a primera vista, puede parecer alentador: el 63.8% del patrimonio acumulado en los fondos proviene de la rentabilidad generada por las inversiones. Esto significa que la mayor parte de los recursos que sostienen a los trabajadores de hoy y mañana no provienen directamente de sus aportes, sino de los rendimientos obtenidos en el mercado financiero.
Sin embargo, detrás de esa cifra se esconde una realidad que requiere una lectura crítica. La dependencia de la rentabilidad como motor principal del sistema plantea interrogantes sobre la sostenibilidad y seguridad de los fondos de pensiones en un país con un mercado financiero limitado y con escasa diversificación de inversiones. El sistema se sostiene sobre la premisa de que la economía se mantendrá estable y que los rendimientos seguirán siendo suficientes para garantizar pensiones dignas. Pero ¿qué ocurre cuando la volatilidad, las crisis externas o las decisiones políticas afectan directamente los resultados de esas inversiones?
Desde un enfoque legal, esta situación desnuda la necesidad de replantear el marco normativo que regula las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP). La ley ha permitido que estas entidades operen con márgenes de beneficio considerables, mientras los trabajadores enfrentan la incertidumbre de recibir en el futuro pensiones que, en muchos casos, no alcanzarán ni la mitad de su último salario. La rentabilidad, aunque positiva, no ha significado necesariamente justicia social ni equidad en la distribución de los frutos del ahorro colectivo.
Paradigma Legal considera que el verdadero debate debe girar en torno a la naturaleza misma del sistema: ¿debe permanecer en manos mayoritariamente privadas, o es hora de impulsar una reforma integral que priorice el derecho constitucional a una pensión digna? La experiencia internacional demuestra que sistemas híbridos —con un componente público fuerte y uno privado regulado con mayor rigor— han brindado mayores garantías de estabilidad y justicia.
La rentabilidad no debe ser el fin último, sino un medio. El objetivo esencial del sistema de pensiones es asegurar que los trabajadores, tras décadas de esfuerzo, puedan disfrutar de una vejez con dignidad y tranquilidad económica. Mientras la discusión siga centrada únicamente en porcentajes de rentabilidad y acumulación de capital, se seguirá evadiendo el núcleo del problema: la necesidad de una reforma estructural que coloque a la persona, y no al mercado, en el centro del sistema previsional.
En definitiva, el dato de que más del 60% del patrimonio de las pensiones provenga de la rentabilidad debe ser analizado con cautela. Es un indicador de eficiencia financiera, sí, pero también una alerta sobre la fragilidad del modelo actual. El desafío jurídico y político está en transformar esa rentabilidad en un verdadero beneficio social, capaz de garantizar lo que la Constitución consagra: una pensión justa y suficiente para cada dominicano.
