Articulo original Por Anyelo Mercedes
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La historia de la cárcel clandestina La 40 en la República Dominicana plantea serias cuestiones sobre el respeto a los derechos humanos y la necesidad de justicia transicional en los procesos de recuperación de la memoria histórica. Este centro de detención operó durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo como un espacio donde se cometieron graves violaciones a los derechos fundamentales de ciudadanos opositores al régimen.
Violaciones a los Derechos Humanos y Responsabilidad del Estado
Desde un punto de vista legal, las prácticas de tortura sistemática llevadas a cabo en La 40 constituyen crímenes de lesa humanidad, tipificados en el derecho internacional como actos que no prescriben y son perseguibles sin importar el tiempo transcurrido. La Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de las Naciones Unidas, ratificada por la República Dominicana, establece la obligación de los Estados de investigar y sancionar estos actos, así como de garantizar la reparación de las víctimas y sus familiares.
En este contexto, la demolición de La 40 sin un proceso estructurado de preservación de la memoria histórica puede considerarse una omisión en la responsabilidad del Estado de garantizar la verdad, la justicia y la no repetición. La transformación del espacio en una parroquia y escuela, si bien ha permitido resignificar el lugar, no ha estado acompañada de políticas públicas claras que aseguren el acceso a la verdad sobre los crímenes cometidos en el sitio.
La Memoria Colectiva y el Derecho a la Verdad
El derecho a la verdad es un principio fundamental en sociedades que han experimentado regímenes dictatoriales y violaciones sistemáticas de los derechos humanos. La jurisprudencia de organismos internacionales, como la Corte Interamericana de Derechos Humanos, establece que los Estados tienen el deber de adoptar medidas para preservar la memoria histórica y educar a las nuevas generaciones sobre estos hechos, a fin de evitar su repetición.
La propuesta de construir una réplica de la cárcel La 40 y convertirla en un museo ha generado debate en la sociedad dominicana. Desde una perspectiva jurídica, la materialización de este proyecto podría ser un mecanismo eficaz para cumplir con la obligación estatal de memoria y reparación. Iniciativas similares han sido implementadas en otros países con antecedentes de represión política, como el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile o la ESMA en Argentina, espacios que han sido fundamentales en los procesos de justicia transicional.
La Educación como Pilar de Prevención
El desconocimiento de la historia reciente por parte de las nuevas generaciones plantea un desafío significativo en términos de prevención de futuras violaciones a los derechos humanos. La incorporación de la historia de La 40 en los programas educativos permitiría fortalecer la conciencia ciudadana sobre el impacto de la represión política y la importancia de la defensa de los valores democráticos y el estado de derecho.
La desclasificación de documentos de organismos internacionales, como la CIA, que contienen información sobre la dictadura de Trujillo, representa una oportunidad para profundizar en el conocimiento de los hechos y reforzar la enseñanza sobre la historia nacional desde una perspectiva crítica y documentada.
Conclusión
Desde una perspectiva legal, el legado de La 40 no debe quedar en el olvido ni limitarse a la transformación del espacio en una institución educativa y religiosa. La República Dominicana tiene la responsabilidad de garantizar el derecho a la verdad, la memoria y la justicia para las víctimas de la dictadura. La construcción de un museo en honor a los caídos, acompañado de una estrategia educativa, podría representar un paso significativo en la consolidación de una sociedad más consciente de su historia y comprometida con la defensa de los derechos humanos.
Referencias
El Día. (2025). La temida cárcel de La 40 en cuyos terrenos hoy existe una parroquia. Recuperado de https://eldia.com.do/la-temida-carcel-de-la-40-en-cuyos-terrenos-hoy-existe-una-parroquia/
